Santo Domingo Este, RD.-
En el marco de la Navidad, la Parroquia San Juan de Ávila celebró el Día de los Niños y Niñas que forman parte de las catequesis para su Primera Comunión, con una tarde llena de alegría y diversión organizada por el Ministerio de Catequesis.
El Padre Roberto Solano, párroco de la comunidad, animó y dirigió la hermosa fiesta, cuyo propósito principal fue motivar, alegrar y compartir con los niños en esta época especial del año. La actividad incluyó rifas, juegos, una deliciosa picadera y un ambiente lleno de entusiasmo donde los niños disfrutaron de juguetes, helados y muchas sorpresas.
En sus palabras durante el evento, el Padre Solano compartió un mensaje emotivo sobre el significado de la Navidad y la importancia del catecismo en la formación espiritual. Destacó que educar a niños, jóvenes y adultos en el Evangelio de Jesús es clave para construir una sociedad mejor, enfrentando las dificultades actuales que surgen en comunidades donde no se fomenta el aprendizaje de valores cristianos desde una edad temprana.
La Parroquia San Juan de Ávila, ubicada en el sector de Los Mameyes, trabaja activamente en conjunto con las comunidades y sus servidores para promover una sociedad guiada por los principios de Dios, inspirando una fe firme y un compromiso con el bien común.
A medida que nos acercamos a la celebración del nacimiento del Redentor en Belén, la parroquia invita a todos los fieles de Santo Domingo Este a vivir la Navidad con espíritu de unidad y fe, recordando los episodios de la vida de Jesús y el propósito de su venida: redimir al mundo y guiarnos hacia una vida cristiana plena.
El catecismo es una herramienta fundamental en la Iglesia Católica para la formación de la fe cristiana. Su origen se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando los apóstoles y los padres de la Iglesia enseñaban las verdades de la fe de forma oral y luego por escrito, en respuesta a las necesidades pastorales de sus comunidades.
Origen del Catecismo en la Iglesia Católica:
Desde el siglo I, los apóstoles predicaron las enseñanzas de Jesús, siguiendo el mandato que les dio:
«Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mateo 28:19-20).
Los primeros textos catequéticos incluían el «Credo de los Apóstoles», que resumía las principales verdades de la fe cristiana, y la Didaché, un manual cristiano escrito alrededor del siglo I o II que instruía a los nuevos creyentes sobre la fe, los sacramentos y la vida cristiana.
Primeros Padres de la Iglesia y el Catecismo
Entre los primeros en desarrollar métodos sistemáticos para la enseñanza de la fe estuvieron:
San Justino Mártir (100-165): Defendió y explicó la fe cristiana frente a los no creyentes y paganos.
San Cirilo de Jerusalén (313-386): Es conocido por sus Catequesis Mistagógicas, una serie de enseñanzas dirigidas a los catecúmenos para prepararlos en su camino hacia los sacramentos.
San Agustín de Hipona (354-430): Escribió obras como De catechizandis rudibus (Sobre la catequesis de los principiantes), que sirvió como guía para enseñar la fe a los nuevos creyentes.
Evolución en la Edad Media y el Concilio de Trento
Con el paso de los siglos, el catecismo continuó evolucionando. Durante la Edad Media, las escuelas catedralicias y parroquiales enseñaban los fundamentos de la fe a través de textos como el Credo, el Padre Nuestro y los Diez Mandamientos.
El Concilio de Trento (1545-1563), en respuesta a la Reforma Protestante, promovió la redacción del Catecismo Romano en 1566, que unificó las enseñanzas católicas en un formato claro y accesible para los sacerdotes y laicos.
“Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Timoteo 3:16).
Catecismo en la Era Moderna
En 1992, bajo el pontificado de San Juan Pablo II, se publicó el Catecismo de la Iglesia Católica, una compilación actualizada de las enseñanzas católicas, basado en la tradición, las Escrituras y el Magisterio de la Iglesia.
El catecismo sigue siendo una herramienta vital en la evangelización y formación de los fieles, asegurando que las generaciones actuales y futuras reciban las enseñanzas del Evangelio y vivan conforme al mensaje de Cristo.
«Por tanto, la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo» (Romanos 10:17).
Conclusión
El catecismo, desde sus inicios, ha sido un medio para formar a los creyentes en el camino de la fe. Sacerdotes, obispos y laicos comprometidos han transmitido la enseñanza de Jesús a lo largo de los siglos, con el objetivo de formar discípulos que vivan y difundan el Evangelio.
¡Que esta Navidad sea una época de gozo, reflexión y esperanza para toda la comunidad Dominicana! Son los mejores deseos de ésta medio de comunicación.
