La memoria, como sabemos, es una función cognitiva que nos permite almacenar información y recuerdos, y recuperarlos cuando sea necesario. Es decir, nos permite conservar toda la información que procesamos para poder recuperarla cuando así se requiera.
Sin embargo, la memoria no es tan simple como la capacidad de almacenar y recuperar recuerdos. De hecho, la memoria tiene una gran cantidad de subprocesos que se encargan de almacenar y recuperar distintos tipos de información. Y, claro está, con diferentes propósitos.
A tener en cuenta
Según las investigaciones, la actividad física moderada tiene un efecto neuroprotector en el cerebro. Dentro de ese grupo, la Universidad de Harvard ha destacado la caminata por encima del resto, ya que mejora la memoria -sobre todo en personas mayores- e impide el deterioro de las capacidades mentales vinculado al envejecimiento.
Por si fuera poco, andar reduce la presión ocular, disminuyendo el riesgo de glaucoma y mejorando el bienestar general, cuida la salud cardiovascular, fortaleciendo el corazón y los vasos sanguíneos, y optimiza la respiración, aumentando el flujo de oxígeno en la sangre.
Beneficios
Y no solo eso. De todos los beneficios que tiene caminar habitualmente, cabe destacar los siguientes:
- Disminuye el estrés.
- Mejora la salud mental.
- Acelera el metabolismo.
- Prolonga la expectativa de vida.
- Aumenta la capacidad física aeróbica.
- Mejora las condiciones físicas funcionales.
- Disminuye la presión arterial y el colesterol.
- Reduce la circunferencia abdominal y el peso.
Recomendaciones
Para la gran mayoría de los adultos sanos, el Department of Health and Human Services (Departamento de Salud y Servicios Humanos) recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica intensa, como trotar.
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